El chocolate es excelente frente a la tristeza, la
ansiedad y la irritabilidad, porque contiene teobromina, cafeína y teofilina,
bases xánticas –en el chocolate predomina la primera– que estimulan diversas
acciones fisiológicas incluyendo la del sistema nervioso, la circulación
sanguínea y tienen efectos diuréticos.
Este dulce producto originario de América
–consumido por los indígenas desde hace siglos, que lo empleaban incluso como
moneda– tras la llegada de los españoles es, además, rico en sustancias
beneficiosas para el organismo. Eso sí, debe ser consumido con moderación, como
el resto de los alimentos.
Triptófano. El
contenido del cacao en este aminoácido favorece la producción de serotonina, un
neurotransmisor que lleva a una señal nerviosa que produce felicidad.
Feniletilamina.
Es otro aminoácido presente en el cacao que se relaciona con las
anfetaminas.
Anandamina. Es un
compuesto que activa receptores cerebrales que producen placer y lucidez mental.
Y frente a la salud cardiovascular, porque contiene ácido esteárico, una
sustancia grasa que se desatura rápidamente al ácido oleico (como el aceite de
oliva), y por ello se le considera beneficioso para el organismo, porque
contrarresta el ‘colesterol malo'.
Fibra dietética.
El cacao contiene un 6% que se diluye en función de sus otros
ingredientes. Es beneficiosa para favorecer el movimiento intestinal.
Polifenoles. El
cacao aporta estos elementos, sustancias antioxidantes relacionadas con la
prevención del proceso aterosclerótico y de la aparición de algunos tipos de
cáncer. Su presencia en el cacao es muy relevante y además, estimulan la
producción de prostacilinas que contribuyen a reducir la presión arterial.
La concentración de minerales en el cacao es muy
alta en potasio, fósforo y magnesio. A este último se atribuye la facultad de
mejorar el estado de ánimo femenino, especialmente en el periodo premenstrual.
También aporta hierro, calcio, zinc, cobre y cromo. Y vitaminas E, B1 y B2.
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